¿ES MALO DORMIR CERCA DEL MÓVIL?

Es cada vez mas imprescindible el uso del móvil en la sociedad en la que vivimos, tal es así que no lo dejamos nunca.
Lo llevamos a todo lugar que nos trasladamos y si lo olvidamos, nos falta algo.
No lo apagamos en ningún momento y dormimos con él en la mesilla de noche.
Este hábito puede ser perjudicial para tu salud.
Conoce las consecuencias a continuación :

Si eres de los millones de persona que duermen con el teléfono al lado de su cama, esto podría estar causando muchos problemas en tu salud. Las radiaciones de los smartphones son realmente peligrosas y nada aconsejables. Esto es así en cualquier momento del día, pero en las horas en que dormimos, puede conllevar a tener pesadillas, no conciliar el sueño, despertarse varias veces por noche, etc.
La razón es una alteración en el sistema de autorregulación de ciertos procesos, como el del reloj biológico o los ritmos circadianos.

La Organización Mundial de la Salud indica que los aparatos electrónicos en general son malos para el organismo y pueden aumentar las posibilidades de padecer cáncer. Tienen a su vez efectos tóxicos, que si bien muchos científicos no reconocen, lo que si hay que saber es que los teléfonos se basan en radiaciones ionizantes y longitudes de onda. Una investigación en Australia demostró que hay una relación importante entre el uso de los smartphones y la esterilidad en los hombres, así como también una reducción de la calidad del esperma. Y en ambos sexos, un aumento de los cuadros de estrés.

Más allá de tener el reloj despertador colocado en el móvil, es preciso apagarlo durante la noche. Porque por más de que no lo estemos usando, igualmente utiliza radiobases o radiofrecuencias. Esto quiere decir que los teléfonos están continuamente radiando ondas electromagnéticas a su entorno, no sólo cuando se está utilizando. Y colocarlo cerca de la cabeza al dormir, nos está “contagiando” de esas ondas que no nos hacen bien.



¿Cómo y dónde dejar el móvil al dormir?
Hay dos maneras: la primera es apagarlo y dejarlo en el lugar de siempre, siempre teniendo en cuenta que el despertador esté programado igualmente. La segunda es dejarlo encendido pero dejándolo en una habitación lejana. Y si no te sientes a gusto apagando el móvil por las dudas de que quieran comunicarse contigo en la madrugada ante una emergencia, puedes al menos apagar la conexión a Internet o WiFi, que es más peligroso que las radiofrecuencias por dejarlo encendido. Los expertos indican que por lo menos el móvil debe estar a un metro de nuestro cuerpo mientras dormimos.

Otra cuestión a tener en cuenta es que no se puede dejar el móvil cargando durante la noche, mientras lo disponemos debajo de la almohada. Son muchos los casos de personas que se han quemado el rostro o las manos por una sobrecarga y posterior incendio de sus dispositivos. Las almohadas están fabricadas con un material que entra en combustión rápidamente y esto nos pone en peligro mientras dormimos.

Uno de los riesgos relacionados a dejar el móvil en la mesilla de noche es que aumenta nuestros niveles de ansiedad, estamos vigilantes y expectantes de lo que ocurre a cada rato, nos despertamos en medio de la noche cada vez que nos llega una notificación. Es un cambio en la conducta y en los hábitos que a la larga, trae como consecuencia estrés, insomnio, falta de concentración, problemas cognitivos, carencia de productividad, irascibilidad, pesadillas, dolores de cabeza, etc.

Otros hábitos “más saludables” al momento de usar el teléfono móvil
Preferir las llamadas cortas y si se extienden demasiado, cambiar de oreja cada algunos minutos.
En lo posible, realizar llamadas con el sistema “manos libres” para no tenerlo apoyado sobre la cabeza.
Evitar que los niños usen el móvil, ni siquiera como un juguete.
No hablar con el smartphone en un área de poca señal de recepción, ya que el aparato tendrá que emitir radiofrecuencias más potentes.
No llevar el móvil en el cuerpo ni en contacto con la piel.
Alejarlo aunque sea medio metro en nuestro escritorio o de una mesa.
Es necesario entonces que dejemos al móvil que descanse un poco y nosotros descansar de él. Durante la noche, debemos dedicarnos a dormir y a reposar, para recargar las baterías que hemos gastado todo el día. El teléfono, mejor que quede apagado hasta que nos levantamos o a partir de que salimos de casa.



De esta manera, estaremos evitando desequilibrios en el plano neuronal, en la calidad del sueño y en los niveles del estrés. Todavía no están del todo claros los resultados de los estudios al respecto, aunque lo que tenemos a disposición nos hace poner la voz de alarma. Y no olvides que los demás electrodomésticos que tienes en el hogar también pueden ser nocivos para tu salud. Trata de no tener televisores u ordenadores en tu habitación. Si ya los tienes, puedes desenchufarlos antes de dormir, por ejemplo. Apaga el router cuando te vas a acostar y trata de no usar el móvil hasta el último instante antes de cerrar los ojos.


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